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Haciendo Goma de Cerezo

Este fin de semana tuve un poco de tiempo para estar en casa y estar en el jardín. El mismo jardín donde nací y que me ha visto crecer y hacerme madre. Este jardín hoy está más viejo. El árbol más grande que le da sombra a mi casa es un cerezo muy alto. Hace años que es imposible cosechar las maravillosas guindas, por la altura y porque tordos y loros se comen todo antes de que alcance a madurar. Es una lucha perdida. El cerezo está enfermo y exuda resina por muchas heridas en su corteza. Para honrar a este hermoso árbol, coseché su resina e hice Goma de Cerezo.

 

La Goma Arábiga -que se usa normalmente para hacer acuarela y muchas otras cosas- es la resina de las especies oriundas de África Acacia senegal y Acacia seyal. Esta resina se pulveriza y luego se disuelve en agua hasta lograr una consistencia densa, como de miel licuada. La goma que uso siempre en mis acuarelas (tus acuarelas) viene en polvo, por lo tanto me salto el proceso de extracción y limpieza de los cristales. Esta vez, tuve que hacerlo y la verdad disfruté mucho del proceso. Es como hacer mermelada pero sin usar azúcar.

Para empezar, lavé los cristales bajo el chorro de agua en un colador y saqué todos los pedazos de corteza pegados que pude. De todas maneras, quedaron muchos restos que fueron a parar a la olla. Sumergí todo en agua destilada y lo puse al fuego en un proceso que duró un poco más de una hora.

Varias veces fui colando la goma pasándola por distintos coladores y cedazos para sacar todas las trazas de madera. No logré quitar el 100% pero sí quedó súper aceptable y lo que me gusta es que esta goma de mi árbol es realmente un extracto de "él"-pienso en la palabra elixir.

Los colores que mezcle usando esta goma tendrán parte de mi árbol y por lo tanto de mi casa, mi tierra y mi historia. Por eso decidí que esta goma está reservada solamente para colores recogidos y creados por mí desde el inicio. 

El líquido va pasando de un contenedor a otro hasta lograr que parezca una miel. La Goma de Cerezo tiene un olor muy tenue a frutas y su color es levemente rosado. La corteza interior del cerezo es bien rojiza. Los cristales de resina secos se hidratan en el agua y se vuelven gomosos y de a poco se va haciendo la infusión. No los dejo hervir para que nada se queme. 

Al terminar el proceso, llené un frasco grande y lo puse al sol para mirar el color. a la luz se ve el tono ambarino rojizo y los fragmentos de corteza suspendidos en la goma.

Un trozo de cristal de resina sacado de la olla por un momento, humeante. Es un material muy lindo. Es poético hacer una base para pintura con "sangre de árbol". Es lindo que aunque sea procesada en una industria, sigamos usando resina de árboles para pintar en acuarela. La acerca más al mundo real. 

Al día siguiente, me llevé el frasco a la fábrica y ahí terminé el proceso de limpieza para que la goma quedara lo más clara posible.

Al terminar, logré sacar un 80% de los trocitos de corteza pero está la presencia de la madera, flotando en pedacitos chiquitísimos y que no afectarán a la pintura, sobre todo porque usaré colores de rocas y tierras que también tienen sus trazas e historias.

Ahora podré hacer varios colores que he recolectado personalmente y que requieren de un proceso especial, donde todo sea del origen más directo de la tierra posible. Mientas menos mediaciones entre el material y el resultado, mejor.

Estos colores sí tendrán un sello 100% artesanal, totalmente hechos a mano. Me inspira mucho este trabajo porque es la artesanía más esencial de mi oficio. Tener la esencia de un árbol tan amado en los colores con que pinto tiene un sentido artístico y espiritual muy importante para mí.

No dejes de ver los colores que haré con Goma de Cerezo.

 

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