Es verano en el Hemisferio Sur y como siempre, es una temporada en la que me gusta sentarme a escribir, pensar en los planes del año que se presenta, descansar y volver a revisar todo lo que me importa y quiero seguir cultivando.
En Piedras y Agua este será un año marcado por los ciclos naturales y cómo nos inspiran durante los 12 meses del calendario.
Pero antes, quiero saludarte con mucho cariño si eres un amigo antiguo(a) de PyA y darte la más calurosa bienvenida si estás recién conociendo este lindo proyecto.
Para quienes no están familiarizados con lo que hacemos voy a contar un poco sobre esta aventura con la acuarela.
El año 2016 comencé a sentir curiosidad sobre los colores que usaba para pintar en mi trabajo de ilustración botánica, y empecé a estudiar sobre cómo fabricaban sus colores los pintores de la Edad Media y el Renacimiento. En esa investigación, mi plan era poder fabricar con minerales y piedras locales los colores que usaría para pintar plantas chilenas y otros proyectos de botánica que tenía en mente.
Esta primera etapa dio origen a una bellísima paleta compuesta por piedras y tierras chilenas que recolecté gracias a una amiga orfebre y a mi mentora la arqueóloga rapanui Sonia Haoa Cardinali. Los colores que formaron parte de esta hermosa colección fueron: Jaspe Rojo, Jaspe Amarillo, Lapislázuli chileno, Turquesa, Malaquita y tres tierras de Isla de Pascua. El resultado fue alucinante y me impulsó a seguir probando con pigmentos de diversos orígenes, a perfeccionar mis fórmulas y ampliar la gama de colores.
Paso a paso, seguí avanzando e integrando nuevos colores. Incluso, gracias a una corazonada, el mismo 2016 creé la marca Piedras y Agua y la registré, sin ningún objetivo inmediato: mi intuición me dijo que lo hiciera y la escuché.
Pero a comienzos de 2020, todo cambió. La Pandemia de Covid 19 derribó todos mis planes profesionales y mi sueño de convertirme en guía de viajes botánicos no pudo concretarse. Los cursos universitarios se suspendieron y la modalidad online me saturó rápidamente. El estar sentada 8 horas diarias pintando me pasó la cuenta y dejé atrás un montón de encargos de ilustración botánica, lo que me trajo conflictos y quiebres en relaciones de larga data. Sin embargo, Piedras y Agua estaba ahí y decidí dedicarme a este nuevo proyecto con toda mi energía.
Mágicamente, en mayo de 2020 recibí el correo de un diseñador y carpintero de Viña del Mar que quería mostrarme prototipos de cajas para acuarelas. era Claudio Mejías, quien hasta el día de hoy fabrica las cajas de PyA. Desde ese correo en adelante, decidí dedicarme con todas mis energías a esta fábrica de acuarelas artesanales. En 2021 nos adjudicamos un fondo Corfo Semilla Expande lo que nos permitió abrir nuestra tienda y fábrica en el Centro Artesanal Los Dominicos en Santiago.
Las maravillosas cajas de Claudio, sumadas a las hermosas porcelanas de Carolina Rosson fueron el gran estímulo que necesitaba para creer de corazón que este proyecto merecía crecer y existir.
Tengo muchísimas más cosas que contar sobre Piedras y Agua. Es un espacio creativo que me da tremendas satisfacciones y que me estimula a seguir creando, pintando y fabricando colores y objetos que acompañen a los artistas y aficionados a la pintura. Estar en el Pueblito de Los Dominicos es un honor y sé que es una influencia muy positiva para PyA. Contar con la presencia de nuestros vecinos y vecinas artesanos, aprender de ellos y crear lazos de amistad es grandioso.
Para cerrar esta primera entrega sobre la historia de Piedras y Agua, te dejo el primer video que hicimos con Fran para YouTube, donde hablamos sobre acuarela.
Esperando que lo disfrutes, no dejes de leer los demás posts y si estás en Santiago, visítanos en el Pueblito, local 113.
Abrazos grandes!!!
Geradine, Colourwoman PyA.